Querido Hans Bender:
...Pero –permítame este resumen de lo pensado y de lo experimentado– oficio, como esmero en general, es condición previa de toda poesía. Ese oficio no tiene ciertamente un suelo de oro. Quién sabe si ni siquiera tiene un suelo. Tiene sus abismos y profundidades; algunos (ah, yo no pertenezco a esos) tienen incluso un nombre para ello. Oficio – asunto de manos. Y esas manos a su vez pertenecen únicamente a un hombre, o sea, a un ser animado, irrepetible y mortal, que busca un camino con su voz y su mutismo. Sólo manos verdaderas escriben poemas verdaderos. No veo ninguna diferencia de principio entre un apretón de manos y el poema. Que no se venga aquí con "poiein" y cosas semejantes. Seguramente eso significaba, con sus cercanías y sus lejanías, algo distinto que en su contexto de hoy.
Paul Celan
Paris, 18 de mayo de 1960
Fragmento de LA PROMESA DE LA SUBJETIVIDAD. LECTURA DE CARTA A HANS BENDER DE PAUL CELAN. ENOC MUÑOZ