Sin embargo yo quería hablar de la lluvia,
igual, pero distinta,
ya al caer sobre los jardines,
ya al deslizarse por los muros,
ya al reflejar sobre el asfalto las súbitas,
las fugitivas luces rojas de los
automóviles,
ya al inundar los barrios
de nuestra solidaridad
y de nuestra esperanza,
los humildes barrios de los trabajadores.
La lluvia es bella y triste
y acaso nuestro amor sea bello y triste
y acaso esa tristeza sea una manera
sutil de la alegría.
Oh, íntima, recóndita alegría.
Estoy tocado de tu destino.
Oh, lluvia. Oh, generosa.
Fragmento de La Lluvia
Raúl Gonzalez Tuñón
fotografia 23
Sandra Figueroa
Sandra Figueroa
nov21
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