Hablábamos de las mismas cosas,
la muerte siempre pasea a nuestro lado,
bellamente nos sonríe un luminoso amanecer.
En el centro del corazón talla su puntal espinoso,
su disparo certero se precipita en el cráneo,
donde no sé si existo.
(He visto otra vez
subir las escaleras del tiempo
hasta arribar hacia lo oscuro;
y es un escándalo
llegar con los ojos dormidos.)
Las palabras no estaban hechas
para violar
la exactitud de un poema.
sf
Sur y Palabra
(2011)
para violar
la exactitud de un poema.
sf
Sur y Palabra
(2011)
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