Entre la maleza,
allá en las sombras, perdida,
vida mía,
apenas una palabra vislumbra
otra palabra,
le da cobijo.
Enlazamos los nombres
-extranjeros-
con la punta de una aguja:
algo de luminosidad
abre camino.
¡Qué extraña luz es ésta!
Es que despertamos,
diosmío
quién lo sabe,
a penas
despertamos.
Sfigueroa
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