A
Ana Arzoumanián,
Javier Galarza,
Natalia Litvinova
No sé si podía escribirlo,
tenía un poema.
Caminando por las calles de Constitución; sin campanadas,
pateando botellas de plástico vacías, como flores diseminadas
por los jardines de Constitución.
Tomamos vino , comimos, bebimos;
no habían palabras, sólo un poema.
Ella decía: “No quiero morir sin acordarme."
(¿Es que no irá por el Hades, el eterno río Leteo?)
El decía: “Quiero morir en otro.” En otro.
Ella dijo: “Es posible un nosotros”.
Y no dijo yo o tú, sino "nosotros".
Luego Alejandra, esa delicada urgencia del rocío.
La que tenía sólo un yo, fatídico, visor, ultravisor,
cósmico, invisible en sustancia material.
Yo no tenía ni yo.
Volví pateando botellas de plástico vacías por los jardines de Constitución.
¿Acaso es posible salir de la soledad?
¿Acaso es posible hacer un poema de la palabra oscura?
Allí donde no había ni cabía un cuerpo, sino un silencio.
Un silencio caminando por las calles de Constitución.
S.Figueroa
2013
Lectura Ana Arzuomanian- Javier Galarza
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