XIX
Son distintos, ahora no esperan en fila ni se pelean por ver 
quién llega primero. Ahora me preguntan cómo estoy, qué me 
dejó la tarde. Quieren florecer. Es un instante; algo parecido a 
un sueño, una eternidad robada a los sauces. Sólo así se abren 
los silencios, en la memoria .
  XIII
Se aprende, en el pueblito, a caminar despacio. Se aprende a
hablar con las estrellas, con los muertos. Escucha, cierra los 
ojos. Es la piedra que puse entre tus manos.
Jorge Curinao













