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10 ago 2025

Eje



Me dijo que había que atarse
firmemente
que no pierda el eje;
quise tomarlo con las manos
mas puras,
pero las endemoniadas
no entendían.

Aún así resonaba en mi mente
-lo que pide el poema-
tanto que pregunté 
al fin cara a cara tú,
qué quieres, vete, 
enloqueces mis breves 
neuronas desquiciadas;

no sé gritarle mas sombra 
no poseo
ni palabras que darle 
pero él insiste,
a cualquier hora, indecente
tanto tira de mí, 
no deja de escribirse;
aún cuando emborrache 
una y otra vez
                                  (flamencos tus ojos oscuros
                                      de pie contra los míos)

atestiguar lo que es, 
noche, sueño, mar, 
tierra, bahía, paraíso:


   
   lo que pide el poema
      qué no ves cómo pide cómo pide.





Sandrafigueroa
2021

6 jul 2025

Resonancias



En esta caja de resonancias
habita.
Deambula por la voz
como un desconocido.


Hube de buscar
hasta el cansancio
los caminos del principio,
la bifurcación de los destinos.


He preguntado su nombre
el número de calle 
en que habitaba,
la vereda, el umbral
la ventana hacia qué 
dirección viraba el día.


Aquí no hay nadie, me dijo,
aquí sólo habita el silencio,
masmédula, ruiseñor
y viento.


Pero ellos no tienen dirección.






Río Gallegos


Sandrafigueroa

21 jun 2025

Gustavo Santaolalla - Sf







Hojas


Llena mi cabeza de hojas 
viento 
y tormenta. 
 

Relámpagos 
truenos  
galopan en la noche. 

 
El invierno late aún  
sus grandes ojos oscuros  
sobre mi pecho. 




Sfa

 

17 may 2025

calm your mind & sinfonía

 



SINFONIA DE SILENCIO


Hacia el desierto
sobre esta noche
boca boca boca:
sueño.

El espacio es angular
cicatriz: 
exilio primitivo.

Andar así,
desarraigado 
sin cielo ni pregunta.

Nunca se nos dijo 
dónde anclar.

...


Toma bocapalabra luz,
sinfonía de silencio,
guarda, lleva mi voz
sin territorio.

Que no tenemos mas.
No sabemos día
ayer ni hoy
sino una estrella;

firmamento 
donde perderse
para cuando la tierra
nos hunde suavemente
a la deriva.


sf

8 mar 2025

Tierra



Fui en contra del tiempo regresando
no había tope, piedra, roca,
tierra donde anclar:
éramos tan antiguos como la tristeza.


En el seno de tu nombre hice nido
como si invocar tu palabra
                                                                resistiera
                                            resistiera
                      resistiera


aún


más allá
de cuanto nos existe:

                                                  tú.





sf


2023

15 jun 2024

Mi viejo, la escritura, la palabra.


 

Desde muy niña, había en casa un antiguo libro de poemas. Una inmensa antología de poesía del mundo, unas 300 páginas amarillentas, ahora sin algunas hojas y sin tapas. Estaba separado por secciones de poesía religiosa, humorística, amorosa, etc. Desde mis curiosos 8 años descubrí la poesía. Quedé totalmente admirada de la forma de escritura. Dios, tanto sentimiento allí, tanto apasionamiento y tristeza. Así empecé a leer poesía y fui abducida hasta la médula por Farewell, Bécquer, Juan Ramón, Lorca. Byron, Walt Whitman, Shakespeare.

Sigo ligada a aquellas pequeñas letras que, a esa edad, lograron que sintiera que estaba allí la verdad de la existencia; si había lo verdadero, ahí yacía. Y yo lo había descubierto, sin que nadie supiera. Me encerraba a leer casi escondida, entonces a los niños nos prohibían aquellos temas.

No había más cierto en el mundo que aquellas palabras que mostraban el interior de un ser humano. Y no había más valentía que aquella de transmitir tanta profundidad.

Cuando él, mi viejo, ya estaba muy enfermo y joven, cincuenta y pico, fui en avión a buscarlo para traerlo a Buenos Aires con mi familia, porque lo iban a operar.

Él sabía que ya no volvería nunca más a su casa en Rio gallegos. Se vistió elegante, como siempre. Cuidado. Hermoso. Quiso tomar un té, con la parsimonia inglesa de siempre. El avión iba a partir. Nosotros temblábamos sin poder pronunciar una palabra. También sabíamos que no volvería. Era el último viaje. Quiso tomar el té. “Que me espere el avión, sin mí no va a salir ” nos dijo, casi graciosamente como era su costumbre.

Y se sentó placido a saborear aquel ultimo té, en su mesa. Erguido, tranquilo, disfrutando. Luego le dijo a mi hermano ”andá arriba y traé… (al instante supe lo que era aquel “traé”) el libro que está en la biblioteca.” El presente instante de la herencia, allí en vivo, por única, por última vez.

Y era este viejo libro de poemas que me dio en la mano aquella tarde. Única herencia. Luego de terminar el té, caminamos apurados  hacia la puerta para irnos, él se paró, tan erguido diosmio, tan entero, volteó hacia la puerta, mirando todo por última vez. Mi interior se quebró allí mismo, sin remedio posible. 

El, de joven, 18 años, leía aquellos poemas y los subrayaba, poemas de amor, pensando en mi madre. 

Continuo en aquel libro. 

Aquellos poemas son mi interior, único lenguaje posible.

--.--

Otro recuerdo con mi viejo – él había crecido con la familia, algunos eran alemanes por los años 40 - en el sur, en el Hotel La Leona *, Tres Lagos, Pcia. De Santa Cruz, con una pequeña población alemana instalada desde 1910, y también con los indios tehuelches, nómades, que habitaban en carpas entre las matas y el desierto.

Bueno, no es casual esta anécdota. Él contaba que los indios se emborrachaban y se ponían a pelear, en el bar de los tíos alemanes  a punta de cuchillos. Eran altos, rudos, vestidos solo con cueros por tanto frío en el sur. Entonces venía el tío Alfredo, muy rubio él, muy alto; y comenzaba a hablarle a los indios en alemán con su voz muy fuerte, y ellos sin comprender, pero escuchando aquel vozarrón inteligible, empezaban a reírse a carcajadas entre las borracheras y se olvidaban de las peleas.

--.--

Tal vez por eso nos trasladó una ingenua costumbre de la que no hace mucho tomé conciencia. Y era reírnos de las palabras. Él nos hacía chistes, al mostrar que cada palabra en realidad podía decir otra cosa; en medio de la solemnidad del habla, había una voz disonante o graciosa que sobresalía y desarmaba todo aquello, convirtiéndose en chiste, una gracia.

Por ejemplo, una conversación que decía la palabra poca, y el preguntaba ¿Boca? ¿Dijiste loca? ¿Quién dijo ronca? No recuerdo ahora, pero sé que nos reíamos de todo aquello. Me acostumbré a este ejercicio, escuchar no solo lo dicho, sino las resonancias, consonancias. Cualquier solemnidad podía terminar en estallido de risas. El lenguaje podía ser otra cosa. Una rotura en la lengua. Un hiato. Una cesura. La realidad ya no era tal. Siempre podía decirse otra cosa, ello también nos daba una secreta hermandad, un amparo, ya que teníamos aquel secreto que nadie tenía. Todo podía terminar en un chiste, una alegría, nada podía ser tan grave. Para la mayoría de las personas las palabras no escondían nada bajo ellas. Solo eran palabras, pero nadie se atrevería a darles vuelta como si fueran un abrigo, el cual usar del revés.

Luego ya crecida, adolescente, leyendo a Neruda, por ejemplo, la que me divertía con ellos era yo. Porque ellos reían de las palabras, de chistes, pero eran muy realistas. Entonces yo les leía una poesía al ombligo, o al caldillo de congrio. Y sus caras de espanto terminaban siendo lo más gracioso para mí.

--.--

Luego el otro tema, o fundamental para escribir; JG me dijo “Escribi sobre ello. Es interesante “. Pasa que, hasta los siete años, creo, yo estaba segura de que todos los seres nos entendíamos por medio del habla. Que éramos iguales. Que, si decíamos algo, los demás nos entendían claramente. Sabían lo que nos pasaba. 

Sin embargo, a esa edad descubrí que podíamos hablar días enteros, pero qué decíamos. Todo el día hablábamos. De qué. De lo cotidiano, la comida, las cosas, los lugares las personas. Pero nadie sabía que pasaba en mi alma. Ni yo en el alma de otros. Teníamos verdades que ni siquiera podíamos transmitir. Acaso el otro podía entender mis sentimientos. Imposible. El otro era un extraño, un extranjero. Yo era una extranjera para el mundo. Ya nadie podría saber qué me pasaba, ni yo podía comunicarlo. Qué decir. Que tremenda decepción. Estábamos encerrados en un universo interior incomunicable.

O sea, nadie se entendía con nadie, pese a hablar continuamente. Recuerdo que con esos ocho o nueve años empecé una especie de huelga de hablar. Al darme cuenta de que lo que decía no era importante.  Nadie decía lo fundamental. Nadie sabía lo que le pasaba al otro. En definitiva, estábamos mortalmente heridos de muerte y soledad.  Fue tremendo descubrir aquello y creo que definitivamente me reenvió a la escritura. Junto con aquel libro de la herencia, tal vez descubrí que si había un modo de acercarse a otro ser era mediante la poesía. Nada más que ella podía contener en su interior los sentimientos , la verdad íntima de las personas. 

Solo allí el alma vibraba, podía tomar tu corazón, descubrir como piedras las intimas palabras, como ríos, vertientes de pura verdad.

--.--


Pero luego de estos recuerdos voy a terminar con este poema, canción popular que tiene varias atribuciones sin saber a ciencia cierta el autor, pero circula de muchas maneras. Mi viejo, era feliz contándola de memoria a los niños, casi cantando con mucho histrionismo que hacía que lo miraran con enormes ojos asombrados de tanta verborragia alegre. 

Así eran las palabras, ese juego, esa otra cosa.


Vamos al baile


_Vamos al baile
Dijo el Fraile
_No tengo ganas
Dijo la Rana
_Invitaremos al León
Dijo el Ratón
_Pero es muy lejos
Dijo el conejo
_De aquí hay cien leguas
Dijo la yegua
_¿Por qué camino?
Dijo el zorrino
_No por el cerro
Les dijo el perro
_Ha de ser un rancho
Dijo El carancho
_No tiene alero
Dijo el jilguero
_No ha de tener luz
Dijo el avestruz
_Si hay un candil
Dijo el alguacil
_Ganaremos la delantera
dijo la Pantera
_Y ¿si me aburro?
Les dijo el burro
_Si hay muchachas
Dijo la vizcacha
_Todas son viejas
Dijo la Comadreja
_Dejemos la lata
Dijo la gata
_A que me enojo
Les dijo el piojo
_Voy por la loma
Dijo la paloma
_Me duele el cogote
Dijo el chilicote
_Tengo sarampión
Dijo el gorrión
_Me duele el callo
Dijo el caballo
_Me ha roto la uña
Dijo la chuña
_Y a mí un diente
Dijo la serpiente
_Se me caen las gafas
Gritó la jirafa
_No vienen mis hijas
Dijo la lagartija
_¡Ay que bochinche!
Dijo la chinche
_¡Ay qué macana!
Dijo la Iguana  




SFigueroa

24 mar 2024

Pequeña


Esta pequeña palabra
que dejé aquí olvidada, dios mío,
ha florecido.


Sus leves tallos, 
su herida lágrima 
hicieron raíz
profunda.


Han pasado tantos días
y noches,
nuestro corazón furioso y triste
navegado montañas, 
mares intermitentes.


Las claras mañanas del sol
despiertan ahora suavemente;
si cierro los ojos
en una canción regresan 
las últimas palabras
que no dijimos.



sf

2023


10 mar 2024

El último taller (intentando un texto)

 En la almendra -¿qué hay en la almendra?
La Nada.
La Nada está en la almendra.
Allí está, está.

En la Nada -¿quién está? El Rey.
Allí está el Rey, el Rey.
Allí está, está.

                 Bucle de judío, no llegarás al gris..
.
Paul Celán


En este último taller de julio en Madrid, un escritor sapientísimo, que por eso era el maestro, corregía nuestros escritos con la punta de una aguja.
De suerte pasé tan inadvertida que, sin saber mi nombre, jamás llegará a este breve texto.
Todos obedecíamos a las sagradas consignas, que nos arriesgaban en vértigo a escribir una rima, emulando Cervantes, Bécquer o Juan Ramón.
Mi latinoamericana inesperanza, no puso demasiadas expectativas en los resultados, ya que mi poesía dirigida nunca encuentra un camino. Tan pequeñas mis palabras, se retiran automáticamente cuando advierten una premisa, orden o parecido. Tan tímidas jamás osarían andar exponiéndose. Se callan. Como las conozco, no las fuerzo demasiado.
Pero los demás compañeros, especialmente las niñas, vieron desesperadamente hundirse los sueños de poeta. Aún recuerdo la carita de hundimiento de una de ellas, cuando el sapientísimo le dijo que lo que había escrito no era poesía."La luna brilla en la vereda, vereda que brilla en la noche, la luna. Y yo la miro desde la vereda."
Dios, cómo sostener aquella angustia durante las dos horas del taller. Entonces que es poesía dijo ella, que no tenía 15 años.
Todos hicimos silencio como si de un funeral se tratara. Cómo cerrar aquella herida. En sus ojos se veían las sombras cruzar una a una como temporales, tratando de mantener en el tiempo una compostura.
Los demás pudieron ir zafando entre románticos versos a la amada ausente, desesperados versos de amor incorregible.
Yo no recuerdo lo que pude escribir, pero sonaba casi como un canto, una oración, cómo sería de mala que ni la recuerdo.
Luego de tales humillaciones públicas, él impartió una especie de decálogo de escritura y me quedó vibrando hasta hoy la observación acerca de que el lector debe entender lo que dice el poema, a qué refiere. Que si hay que explicarlo entonces no es poema.
Tales premisas resonaron hondamente, pensé en mi amado Paul Celán, perecería nuevamente sobre el Sena.
Diosmío estos nuevos talleres llevan a ningún puerto.


sf





p.d. Gracias C.P 

6 mar 2024

She´s Here

 




 Tejí la oscura guirnalda de las letras: hice una puerta:  
para poder cerrar y abrir, como pupila o párpado, los mundos.  
          José Ángel Valente                

Para no perder el tren
volví a irme de este mundo.


No sé aterrizar
sin quebrar el cielo
en sus dos alas.


Fuera del alma
soy un barrilete
sin sueños.


Lejos de mi de ti de tú,
deshice mi casa
en las paredes
hasta no retornar.


Del fuego inicial
tengo en las manos
un poema
escrito en el invierno
a orillas de tu alma.


Si apenas pudiera
ver cómo florecen
los días
fuera del tiempo
en que no estoy.



sf

2013

26 feb 2024

Gurdjieff - De Hartmann Meditation & LLave

 


                                                 

                                                                                a E. S.

La llave que hoy me diste
abrió las puertas oscuras,
vaivén hacia mañana.

Palabras como puertas,
giratorias, concéntricas.

Todo el viento 
acumulado de los tiempos
chillando por salir.

La libertad tiene un precio muy caro;
los esclavos solemos
dormir más tranquilos.

Arroja la llave.
Arrójala.

No sea la libertad
tan poderosa
que ya no puedas 
volver hacia atrás.


sf

22 oct 2023

Sin título


Mark Rothko
Sin título  1968



No voy a entrar. No voy a entrar.

Una sola palabra, dime.
Solo una que despierte,
amortigüe el silencio 
de que somos parte.

Lo irremediable.


sf 

17 sept 2023

Angel


Encontrar mi raíz
creciendo entre las palmas
del monte más alegre.

¡Qué brillo de soledad
el cielo de tus ojos!

Quedarse allí
bebiendo de la historia,
hablar, pues coño,
dejarse llevar,
hasta el comienzo.

Silencioso siglo,
milenario empuje
que me lleva cuesta arriba
por la sangre
hasta encontrarte como eras:
principio y solitario.



Cuando pierdo el rumbo
y llueve,
nubladas tardes
de septiembre,

busco tu nombre
entre las piedras;

regreso de tu mano
hacia los primeros días,
las calles de Piedra Buena,
la peugeot borravino.

¿Te acordás, abuelo?

Me llevabas a comprar
en manojos,
los mas dulces caramelos
a lo de Manucci,
entre frutas y verduras
por la avenida Ibañez.

Cerca,
las verdes orillas 
del río,
los sauces llorones,
los guindos; 
aún siguen floreciendo.


sf


11 ago 2023

Mayo



Para azul morir
voy a quedarme dentro
a la intemperie


no sé quién fui:
des- almada 

cenizas se esparcen por el aire
             - alambres y  rejas-



Helado es el viento:
danza  
oscilando
en mi danza .


¿no viste caer
copos de nieve 
durante toda la noche
sobre el techo de tu casa
sobre la piel del lenguaje?


Copos blancos
caen,

                es mayo
              entre los árboles.






SFigueroa



3 jul 2023

Sentada




Sentada aquí
a la sombra de una palabra
registré, vieja estación
de aire y silencio. 


Territorio que habito 
el de la lengua.
No la palabra, sino el agua. 
La luz insurgente. 


No me voy no me iré de aquí. 
A la sombra de un poema
construiré un muro
que me habite

yo debía ser un cuerpo. 




Sf

(Azul cristal líquido) 
2011

10 jun 2023

Raiz

Así, en esta noche
amaneciendo entre la nieve. 

Nosotros estuvimos,
entonces éramos raíz, 
y a nada temíamos.

Vida recorriendo el desierto 
entre coirón y nieve.

Nuestros cuerpos viajando en el sur, 
 música de silencio mineral. 
Tan frío el aire en su cuchillo, 
tan felices nosotros,
inmensidades de ruta 3.

Quien tuvo esta visión 
jamás podrá olvidarla;
tanta soledad 
y sólo el infinito
hacia adelante.

Aun así,
aún hoy.


 Sf

fotografías
face- Sandra Cruz

1 jun 2023

Tampoco



Tampoco hay tarde, 
sino calles suburbio, 
barro mojado, 
trazos de hielo en la carne. 

Apenas abre el sol 
sientes como falta 
estrepitosa la sangre entre las calles, 
mientras ladra un perro, 
atestiguando la humanidad.

Pero qué es esta luz cetrina, 
esta ráfaga de luz 
que pasa sobre la noche 
y atraviesa el ventanal. 

Qué ojitos miran 
imaginando la velocidad 
purpurina del pueblo. 

Ladra un perro.  
Lo demás, la vieja casa de barro, 
la pobreza abisal, 
trizas de silencio.  

Ah esta oscuridad sin nombre 
se parece a tu sepultura. 
Ladra un perro. 
Yo tengo que caer, señor, 
tengo que caer. 


Qué haré con tanta bendición 
en una brillosa medalla de lata gris, 
qué haré con tanta maldición en la lengua 
que podría atravesar cien veces 
la autopista hacia el mar.




Sf
(2013)

20 may 2023

no sabía

 

 La encontré en la tarde

caminando por estados unidos y rincón,

ella no sabía;

la guardé en un bolsillo

y la lleve al taller; 

entintamos de negro,

prensa, matriz


(esa palabra

diosmío;

dame palabras

que desconozca,

dame palabras nuevas

que ni sepa nombrarlas)


Ella no sabía su destino,

entre las hojas de la calle,

yo la elegí,

no sabía 

que sería eternizada 

en una hoja en blanco.


su savia, 

sus nervaduras vegetales

sus delicados bordes

junto a un poema 

de Y. Seferis;



Sf

12/5/23

5 may 2023

breve


Por unos breves días
ellos vinieron a verdear en mi ventana;
el cuadro que pintan
es efímero como una nube en viaje.

Los apreso 
los guardo 
por un instante.



sf
 

8 dic 2021

Camina


                                                                                                  A   C.M

Camina, ven,
despierta, querida, 
despierta;
en la noche abierta, 
en el bosque 
el agua última,
los tiempos,  
las frutas han crecido
como el sol del verano.

Hemos plantado semillas
cuidado en lo hondo sus raíces,
los pequeños brotes del invierno,
frío y tormenta.

Ahora ven, ve las frutas,
los jardines,
la vieja percepción de primavera.
y despierta, abre el ojo, 
la estatura de la luz, 
la boca, la locura;
trae ahora, ven, 
despierta por última vez,
deja que crezca el silencio
como un augurio

mira cómo brota en tu pecho
entre poema y poema.



Sf

28 oct 2020

Birds - A dónde

Hossein Alizadeh & Djivan Gasparyan - Birds

Tema "Birds" del compositor iraní Hossein Alizâdeh y del compositor armenio Djivan Gasparyan. Alizâdeh toca el shurangiz de seis cuerdas y Gasparyan toca el Duduk. Letras del poeta persa Mahmoud Mosharraf Azad Tehrani.



¿Adónde estamos?

El día ha crecido de golpe
las puertas dios, las puertas.

El cielo sigue tan
extrañamente límpido,
tu voz cariño,
aquel azul que tanto amé .

En esta espera, desconocidos,
ambulantes.
Oh dios las puertas
han cerrado las puertas.

Las flores crecen
mas vívidas, el sol,
el calor tan tibio
sobre la tarde
acariciando,
nosotros los extranjeros
aún a la intemperie,
expulsados
del paraíso.

-en los acordes de tu silencio
vi crecer la verdad:
una flor;
y era triste, como mi alma.

Quise escribir una línea
dios, las palabras dónde,
qué decir en la espera del silencio
que decir en la espera
del mundo.

Calladitos ahora
sumidos la tristeza
es un muro
incomprensible.

Quedamos sin palabras ahora,
ermitaños sin destino dónde
el paisaje,
extranjeridad
de puertas hacia dentro.


Sfigueroa