A Enrique
Hay
un aire pesado, un calor en el aire.
Yo
espero en una mesa de Scalabrini Ortiz y French.
En
estas mesas fotografié Azul, en su nacimiento.
Era
un día como hoy, menos caluroso.
Quiero
respirar, y mi pecho se cierra.
Son
las 5 y 20, espero las 6.
Hoy,
esta hora, pienso en un punto de inflexión.
No
lo sabe nadie, tal vez nadie lo intuya o adivine.
Es
que dijo "es lo peor" y no
hacían falta mas palabras.Lo intuíamos hace tiempo.
Yo, tal vez desde que me dijo : "Mirá, guachita, lo que tengas que
decirme, decímelo ahora. Mira que un día me voy a morir, no voy a vivir para siempre. No vas a
venir a llorar después que no esté. Pero
decime ¿vas a llorar por mí cuando no esté?"
De
esto hace 5 o 6 años..
Aprendí
con él desde hacer un escrito para Chacarita, hasta cómo saludar al
entrar a un Juzgado.
"¡Buen
día!" decía en voz alta y todos lo saludaban con respeto.
Nos peleamos, discutimos cien veces, lloré, me reí mas, lo quise
mas.
¿Es
que se van las personas?
¿Verdaderamente
se van?
¿Y
dónde van?
Todo
lo vivido, momentos, horas, días, tristezas, odios, felicidades ¿Dónde queda?
Sé
que se va, que es su tiempo, y él lo sabe, ojalá sea con la
paz posible, serenidad, comunión.
Lo recuerdo leyendo "Sur y poema" , un poema detrás de otro sin interrupción. Está muy bueno, me dijo, emocionado.
¡Hola
Enrique!
¡Hola
querida!
Y te tomaba las manos.
¿Cuánto
puede transmitirse en un gesto?
Pero
Enrique, es verdad lo que digo, no es maldad: "¡Sos una hija
de puta!"
Los
árboles también mueren, luego de infinitos inviernos y
primaveras. Los árboles mas erguidos.
Seguro
han de reencarnar. No podemos ser únicos en el universo.
Habrá
otras vidas, almas, habitantes. Otro aire, karma, otra especie
enamorada.
Mientras,
estamos aquí, las horas, los minutos, el tiempo : sólo
el amor escribe.
No me caigo, no me caeré: entiendo
lo que es parte de la vida y la muerte lo es.
¿Se puede aprender a respetar el tiempo de los otros?
Pero
hoy, puro hoy, pura tarde, calor de principios de diciembre te
saludo, te acompaño, te deseo buena partida, buen viaje.
La
inflexión, hacia mañana, es advertir que hay
un día en el alma ( "Querida, estoy mal del alma. "
Pero Enrique, qué le pasa? "Del alma.. del almanaque" me dijo) un día en el almanaque en que nos vamos, así como también un día vinimos.
Pero Enrique, qué le pasa? "Del alma.. del almanaque" me dijo) un día en el almanaque en que nos vamos, así como también un día vinimos.
Miro hacia el frente, los ojos un poco tristes.. te saludo, Enrique del mar.. hasta
siempre..
Sandra Figueroa