25 dic 2021

¿Puedes?



¿Puedes desdoblarte sobre el poema,

en cuantos? ¿En cuantos cientos? 

¿En cuantos dos acomodas el ojo 

ladeas el alma hacia qué brújula insistente, 
y caes por una claraboya que alimente 
o mueres de muerte alquímica 
de luces infrarrojas sobre el tejado?

Afuera el yo tiembla de miedo
como un fantasma ausente
absurdo como todo fantasma.
No sé mi corazón 
en qué planeta autista 
quedó en silencio como es debido. 

De todos de cada uno en pie 

fui sufriendo en carne propia 
la última palabra. 

Para no recorrer la final avenida 

me puse la capelina 
de violetas blancas 
y lloré.

Sin memoria, 

el cielo inclinado sobre sí mismo,
el sur dejaba de ser


Extranjero lenguaje, 
viviendo en el resto.



Sandra Figueroa

Azul cristal liquido

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