12 dic 2024

de trampas



"El tramposo tiene mucho porvenir, pero no tiene ni el más mínimo devenir"

Gilles-Deleuze



A partir de esta frase de Gilles Deleuze podemos ver que al devenir no se le pueden hacer trampas, no se lo puede anticipar para tenderle una emboscada Es algo que no se captura. Es otra cosa. Es algo que nos atraviesa.

Desde el punto de vista del tramposo el devenir no existe, ya que no sabe lo que es.

Al devenir no se lo puede engañar para quitarle algo. No tiene algo que se le pueda quitar, al devenir no le interesan las cosas que le interesan a un tramposo.

El tramposo engaña para ver si gana algo, algo que le va a quitar a alguien. Si se hacen trampas en el juego ya no se está jugando. El tramposo no puede jugar.

El juego y el devenir hacen muy buenas migas. Lo inesperado les favorece. Hay que poner al yo "entre paréntesis" para que no moleste.
Ahora bien, el que no hace trampas, ¿tiene algún por-venir? ¿tiene devenir?

El hecho de no tener necesidad de hacer trampas, de no estar en la codicia, de no necesitar un enemigo para ganarle o quitarle, el hecho de no ser un creyente de la religión del crecimiento económico, seguro que tiene un porvenir, pero es un porvenir que no implica que para lograrlo haya que perjudicar a alguien, es un porvenir que deja espacio en la cabeza para que acontezcan devenires del alma.


Sergio Canadé
2019

11 dic 2024

Ultimos días





Son los últimos días de la herida.


¿Ves cómo cierra el margen,
la estrechez, el nacimiento?
Va hacia allí, regresa,
inscripción en la piedra.

¿Ves cómo altera el espacio?
¿Cómo atesora?


Algo del destierro habla sin temblar
-aquellas voces -
por eso para plantarnos
debíamos sembrar,
que no quede silencio sin sembrar.





Sandra Figueroa
2020


El mar de Chile

XXXIII





 どうもありがとう
Imaizumi Hidetaka

Traducción

Hania Rani – On Giacometti



7 dic 2024

Waltz in C-Sharp Minor, Op. 64, No. 2 .Arr. By Chad Lawson for Piano

 


Una hora



Yo pedía una hora más.


Tan sólo una en el mundo
para entrar
en la más profunda noche,
cuando los duendes
y fantasmas
despiertan la luz
de las palabras
rotas.


Pedía una hora,
una pequeña siquiera,
me fuera dada,
en contra del sonido 
y el silencio.
En contra del mundo
el odio o el amor,
así pequeña como un puño
entre mis manos.


Porque justo ahora
en este invierno frío
colándose atrevido 
entre mis huesos
ella venía
de lejos y de siempre
de allí de no sé qué lamento
entraba por mi ser
a interrogar
a buscarme.


Ella decía: ahora,
siempre,
habla, vamos, ven
por esta tierra,
surge como la hierba
como un muro a elevarse
entre los muros,
en esta hora final 
y última ven,
dí tú la palabra
que no tienes.



Sandra Figueroa
julio 15

Las cuerdas


Tocas las cuerdas del día,

te levantas como si lloviera.


Afuera ha amanecido clarísimo:

pían más aún los pájaros, 

después de la pandemia.


           Habíamos sobrevivido,

      y no nos dábamos cuenta.



Sandra Figueroa
04/23