28 sept 2025
Gustavo Santaolalla - Sf
Anouar Brahem - Tudor Arghezi
Enterré la pala afilada en mi habitación.
Afuera el viento soplaba. Afuera la lluvia cayó.
Cavé hondo en la tierra de mi habitación.
Afuera estaba lloviendo. Afuera el viento sopló.
Saqué la tierra del foso por la ventana.
Era negra esa tierra y era azul su cortina.
Sobre la ventana la tierra se irguió.
Alta como cima del mundo y Jesús lloró.
Se rompió la pala cavando. Pero quien la había roto,
Con sus reliquias de piedra, había sido el Padre mismo.
Así que volví en el tiempo, por donde había bajado.
Y en mi habitación vacía volví a ser despreciado.
Quise entonces volver a la cima y subir a la cumbre.
En el cielo había una estrella. En el cielo ya era tarde.
Între două nopţi
Afară bătea vântul. Afară era ploaie.
Şi mi-am săpat odaia departe sub pământ.
Afară bătea ploaia. Afară era vînt.
Am aruncat pământul din groapă, pe fereastră.
Pământul era negru: perdeaua lui, albastră.
S-a ridicat la geamuri pământul până sus.
Cât lumea-i era piscul, şi-n pisc plângea Isus.
Săpând s-a rupt lopata. Cel ce-o ştirbise, iată-l,
Cu moaştele-i de piatră, fusese însuş Tatăl.
Şi m-am întors prin timpuri, pe unde-am scoborât,
Şi în odaia goală din nou mi-a fost urât.
iam voit atuncea să sui şi-n pisc să fiu.
O stea era pe ceruri. În cer era târziu.
14 sept 2025
Arvo Part - Alejandro Drewes.
SOBRE LO POÉTICO
“La semilla del pensar de milenios recojo aquí/ de los griegos arcaicos y antes/ desde las hondas cavernas pintadas/ a golpe de antorchas en el fondo del tiempo:/ Lascaux, Altamira/ pues nada de esto es mío, no me pertenece. / Porque voy de la noche a la noche, /y pude intuir apenas en cada poema, / en cada verso, la sombra esquiva/ el inaudito límite/ de las formas eternas.”
AD
I
La poesía oscila entre el llano desolado de la falta y el gesto de melancolía. Y en cada segmento de arco del péndulo, acechando, la locura, frente a un mundo demasiado cuerdo.
II
La poesía jamás es mostrenca, sino una sutil y borrosa dama velada, entrevista en el delirio de la fiebre, siempre al otro lado de la vida.
III.
Ella es como la flecha del Arquero que nunca dispara. Así en la antigua parábola budista, y su eco en cierto sublime poema de Enckell.
IV.
Es la huella rumbo al mar de unas sandalias de Lidia que reflejaron un día nefasto los ojos de Safo. Y Castoriadis y Tate siglos y siglos después, soñando quizás en aquellos ojos de Safo, en la ignota voz de la Musa.
V.
Es, por supuesto, siempre el rosado extremo del pie delicado de Eurídice -la parte por el todo, en su eterno hundirse en la Sombra-
VI.
Es -nuevamente -, el dolor que petrifica el umbral -Heidegger sobre Trakl - El incesto con las palabras, la violación de la ley de los dioses. Y su castigo es, tras el silencio al fin del poema
VII.
Es el poso impalpable que queda después de una traducción, lo que deja fuera para siempre la lengua materna. Lítost.
VIII.
Y todo lo demás es literatura.
Alejandro Drewes