5 mar 2020

CON CARTA Y RELOJ


Cera
para sellar lo no escrito,
que tu nombre
adivinó,
que cifra
tu nombre.

¿Ya vienes, oscilante luz?

Dedos, de cera también,
ceñidos por
ajenos, dolientes anillos.
Derretidas las yemas.

¿Vienes, oscilante luz?

Vacías de tiempo las celdillas
del reloj, nupciales las mil
abejas, prontas al viaje.

Ven, oscilante luz. 



Paul Celán

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