Qué palabra?

No quería hablar. No quería decir.
¿De qué palabra,  dulzura,
de cuál decir
sin temblar en la hoja
como un viento a secas?

Pero la noche llega
con su caballo de sombras
topeteando el cordel y la cigarra.
No quiero hablar: verás,
solo sé de llorar.

Y hay un silencio tan profundo,
un pajarillo en la rama
que canta como nunca,
el rotador de cartones,
el biclicletero de la esquina que 
reparte el pan cotidianamente
mientras la muerte 
esquiva;  
escribir un poema,
que diga sí estas, 
estás aquí, los nosotros,
los otros tú, yo, mismidad
que ahora trasiega
un temporal
donde volver el rostro
¿Adónde?

El hoy es solo hoy,
 es ahora:
La hora, esta hora,
este instante diminuto y eterno
clavado en el puñal en la daga
la mañana soleada en primavera,
pero no.

Vamos, dí, sin llorar y sin reír,
sin pensar dí:
es hoy amor,
ahora, es ahora.
Mira cómo brilla el sol,
el pájaro canta su terrenal canción
te abisma el árbol su corazón de miel,
¿Lo ves?

Escucha, Vida, 
escucha.





Sandra Figueroa
marzo 2020