A Karin Boye
En la lenta marea que sube
como las negras legiones
de la Noche dispersando
a los días de la vida
Medio hundido en esa misma
marea evocarte, como
si hubiera tiempo aún
como si fuera posible
antes del fin volver
a la tierra sagrada
desenterrar la lira
como si hubiera otro instante
que éste, de rodillas
entre la hierba y el viento
que arrecia, en el temblor
de tu nombre en un puñado
de las flores salvajes
de las nubes, de la extraña
Luna que amaste, alma
sola y desnuda que flota
como niebla en torno al mármol
cerca de aquel bosque
en Alingsås
Och utan att vara någonting
älskar dig så mycket. Åh
dina stilla himmelsblå ögon,
din tysta resa.
Nu vilar du kanske
under din stjärna
så långt från världen
Y sin ser nada, yo
te amo tanto. Ah
tus quietos ojos azul-cielo,
tu viaje silente
Ahora descansas acaso
bajo tu estrella
tan lejos del mundo
Alejandro M. Drewes
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