Voy hacia el muro. Las palabras no dichas reposan en el cálido templo de lo imposible. Estarse allí como un náufrago que olvida su nombre, como si fuéramos el mismo mar que habita al náufrago. Entonces, la tempestad no será el constante movimiento sino la exactitud, el destello de la vida.
Muy bueno. Felicitaciones!
ResponderBorrarMuchas gracias DSBL, felicitaciones por tu blog !
ResponderBorrarUn abrazo, Sandrita. Que hayas comenzado un lindo año.
ResponderBorrarGracias Jorge, buen año!
ResponderBorrarabrazo.
Excelente poema, Sandra. Es notable tu crecimiento, tu sensibilidad, tu capacidad para formar un clima y un universo personal. Bella poesía. Gracias.
ResponderBorrarGracias por pasar por aquí y dejar tus palabras, un aliento para continuar! cariños
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