La misma luz
que nos desampara
deja al
descubierto
el borde
imprevisible
de tus ojos.
puedo ver a través
de ellos, los
antiguos días
que pasaron
de tu mano
regresar al principio
de la noche,
de tu mano
huir como era entonces
sola
infantil
perdida para siempre
entre la niebla.
Sandra Figueroa
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