27 dic 2022
Dime Alina
26 dic 2022
Villancicos Campanilleros y Jota Gitana -
23 dic 2022
viniendo
a J.
Nos levantamos.
El tiempo
atribulado en la ceniza.
Tus manos
hechas de poemas
extienden su
palabra insensible
sobre mi voz.
Desde que
nacimos
estábamos
viniendo
entre si/para
sí:
Hay una boca en
la piedra
Una piedra en
el mundo
cabizbajo,
Pero no caemos.
Y hay tanta vida
entre las venas
tanta oración
en la semilla
que vieras
despertando
como nacemos y
nacemos
contra todo
desquicio.
¡Ay triste que vengo!
17 sept 2022
Algo te identifica...
Algo te identifica con el que se aleja de ti,
y es la facultad común de volver:
de ahí tu más grande pesadumbre.
Algo te separa del que se queda contigo,
y es la esclavitud común de partir:
de ahí tus más nimios regocijos.
Me dirijo, en esta forma, a las individualidades colectivas,
tanto como a las colectividades individuales
y a los que, entre unas y otras, yacen marchando
al son de las fronteras o, simplemente,
marcan el paso inmóvil en el borde del mundo.
Algo típicamente neutro,
de inexorablemente neutro,
interpónese entre el ladrón y su víctima.
Esto, así mismo, puede discernirse
tratándose del cirujano y del paciente.
Horrible medialuna, convexa y solar,
cobija a unos y otros.
Porque el objeto hurtado
tiene también su peso indiferente,
y el órgano intervenido,
también su grasa triste.
¿Qué hay de más desesperante en la tierra,
que la imposibilidad en que se halla
el hombre feliz de ser infortunado
y el hombre bueno, de ser malvado?
¡Alejarse! ¡Quedarse! ¡Volver! ¡Partir!
Toda la mecánica social cabe en estas palabras.
César Vallejo
10 sept 2022
síntoma
Una y otra vez
resonaban palabras
melodías
en la campana de mi interior;
golpeando
melancólica a veces
serenamente otras.
Pero una alegría,
una inmensa alegría
brotaba como un síntoma
fuera de todo nacimiento.
Como un presagio de noches antiguas
en la luz
imperceptible
en la miríada insensible de la luz
teníamos que nacer
Teníamos que nacer.
El viento arroja puñales.
Es mi herida la que escribo.
2 sept 2022
Un paisaje despojado
No creas que mi vida es un paisaje
Y si así quieres creerlo, entonces, sí
Te diré qué es un paisaje despojado:
Algo que me pertenezca
Un objeto donde encontrarme
Pero nada he hallado
En cada lugar que miro no estoy
Cada cosa me devuelve su indiferencia
No hay relato que se teja
Nada trae a mí una referencia
Los sueños también me hablan de algo
Cuando me muestran mi torso desnudo
Cuando me dejan una noche en la intemperie
Aún así busco en esta casa ajena
Algún objeto propio
Algo que me pertenezca
Pero no hay caso, no estoy
en cada lugar que miro
Sin embargo, ahí está el paisaje
Ante mí su escarpado camino
su bosque y sus claros
El silencio del andar solo trae mis pasos
La vista al fin encuentra un lugar
Un lugar me devuelve algo
Cuando miro el paisaje despojado
Allí me encuentro al fin
Al fin comprendo qué significa la intemperie
Qué ha sido de mí en estos meses
En los que solo he dejado
He dejado la casa
He dejado el abrazo
He visto toda referencia hundirse en un océano
Ahora soy cada paisaje despojado
Algo abandonado a la intemperie
Un lugar donde nunca había estado.
Carolina Massola
31 ago 2022
Registros
por si fallan las páginas del libro.
Sandra Figueroa
Virginia Ferrando |
27 ago 2022
La escritura y la diferencia. Jacques Derrida
El fin de la escritura está más allá de la escritura: «La escritura que acaba en ella misma no es más que una señal de desprecio».
Si aquélla no es desgarradura de sí en dirección a lo otro en el reconocimiento de la separación infinita, si aquélla es un deleitarse consigo misma, placer de escribir por escribir, contentamiento del artista, entonces se autodestruye. Se sincopa en la redondez del huevo y la plenitud de lo Idéntico.
Es verdad que ir hacia lo otro es también negarse y el sentido se aliena en el pasaje de la escritura. La intención se sobrepasa y se aparta de sí para exponerse. «Odio aquello que ha sido pronunciado y donde yo ya no estoy.»
Sin duda también, del mismo modo que el fin de la escritura sobrepasa la escritura, su origen no está todavía en el libro.
El escritor, constructor y guardián del libro, se mantiene en la entrada de la casa.
El escritor es un pasador y su destino tiene siempre una significación liminar. «—¿Quién eres? —El guardián de la casa. — ... ¿Estás en el libro? —Mi sitio está en el umbral.»
POEMA
Escribir en carne viva
desde el espacio y la fatalidad
de esta tierra
sin dicha ni esperanza.
Para quien busca la libertad
es demasiado desamparo.
Carlos Penelas
Buenos Aires, agosto de 1991
18 ago 2022
estas aquí
la marcha progresiva del reloj
detiene mis horas urgentes.
que anduve bordeando la luz
como una raíz a contragolpe.
el cielo del sur lleva mi espejo
sobre la luna
la razón de buscar
el corazón en la estatura
del invierno.
Ya me fui. Ya volví.
como si haber nacido
me llevara a la vida
una y otra vez.
15 ago 2022
Margo Glantz
10 ago 2022
JG
7 ago 2022
de los objetos
Cada vez que iba a la casa del maestro Carlos Penelas, de los años que tomé clases con el, aparte del mundo poético en que viajábamos, mi visión recorría también los cientos de objetos que el atesora de viajes, historias, amigos pintores, Manuel Sanchez, Scannapieco, Luis Franco, su maestro, etc. Y otros tantos que no alcanzaría a nombrar.
Realmente cientos. No obstante, inconscientemente, había algunos de ellos ante lo cual se detenía mi mirada sin saber, me llamaban. Eso ocurrió por años. Tampoco lo recordaba. ¿Cómo recordar tantos objetos?
Estuve este último miércoles de agosto, aparte de los poemas
que Carlos generosamente me regaló, me reencontré con ellos, qué felicidad.
Amo los objetos. De un modo deliberado. Hay algo en ellos, un misterio que me habla en su idioma inteligible. Siento que comunican desde su historia. Hay mundos allí al borde de cada objeto, desde su centro, una energía poderosa nos convoca: talismanes. No podría transmitirlo.
Pero esta vez fui, le pedí permiso para fotografiarlos: ya no podré olvidarlos.
Ahora los tengo aquí, a que sigan contando sus historias mitológicas, su incomprensible poema silencioso.
Gracias Carlos Penelas y Rocio Danussi.
Sandra Figueroa
6 ago 2022
Alejandro Drewes. Poeta
PALABRAS DE OVIDIO EN
TRACIA, 17 d. C.
arrojado por hados oscuros
como las aguas de este mar
helado, viejo y cansado
ya del viaje, doblemente
extranjero entre la nieve
perpetua y las marismas
de Tracia, por el antiguo
castigo griego signado,
por la tormenta salvaje
de la Historia con otros
arrastrado como el viento
del invierno arrastra
de pronto tiendas y hojas
yo, Publio Ovidio Nasón,
a la orilla de la noche
eterna, declaro:
que no todo ha sido
en vano, ni esta larga
errancia, ni las misivas
inútiles a Roma
ni este coro de lobos
aullando a la luna
de octubre, ni el haber
bebido tantos años
con enemigos y tontos
ni aquellas cortesanas
en su oficio milenario
ni las escaramuzas
de legiones que en borrosas
fronteras acamparan
y en tardes baldías
sacudieron el quieto
polvo de la Pax Augusta
-nada de eso fue en vano
Digo que en plena galerna
siempre algo hay
que tenaz se resiste
a desaparecer, algo
que en invisible cofre
de oro del grave
estrago del tiempo salva
para siempre el poema
Es lo que a veces sucede
en algún lejano lugar
entre el agua y el ocaso
Como este mismo mar
que contemplas ahora
y que sin embargo apenas
conoces. Como un trueno
llega en plena oscuridad
a la puerta de un sueño
entreabierta un instante
Como la niebla sucede
en una jornada de sol
como un volcar sobre ti
de pronto todas las nubes
Y a medianoche luego
la sombra borrosa ves
de argivos escudos
Transcurren ayes y gritos
murallas y vidas, héroes
En sueños el vasto incendio
la estopa de otra historia
Desde el mismo mar
desde su proceloso fondo
surge el canto inmemorial
de las sirenas; entre la
suave
luz de cristal de la luna
y un fulgor de caracolas
asciende al fin cada nota
por la noche iluminada.
**
Así avanzan los pies,
algunas flores a veces,
bancales y zarzas,
lestrigones y otra vez
el ojo certero del cíclope.
Montañas y nubes por todo
el horizonte visible,
designios y pruebas
de los Inmortales
imprevistos recodos
en el filoso laberinto
de los días, es decir
que así se fatigan
y mueren los pies de los
héroes
Tarde los evocamos a veces
apagado el candil para
siempre
muy tarde en la noche
**
HANS
Le llamábamos Hans
al tonto de nuestro pueblo
No se olvidan aquí
los grandes ojos azules
los bolsillos florecidos
de bayas silvestres
Entre la bruma y la nieve
nos temían tan sólo
sus frágiles pasos
Le llamábamos…
Nichts ist für die Ewigkeit
Böhse Onkelz
Du weißt es schon
Das ist so: wie
eine hohe Mauer die
Tag für Tag,
Stunde um Stunde,
unerbittlich,
um deinen Hals
wächst und wächst
um die Zukunft
Verläßt dich
nur mit dir
mit allen Fehlern
nur mit dir
mit all dem
was du niemals
sein wird
AD
**
DEPRESIÓN
Nada es para la eternidad
Böhse Onkelz
Ya lo sabes
Esto es así: como
un alto muro que
día tras día,
hora tras hora,
implacablemente
en torno a tu garganta
crece y crece
en torno al futuro
Te deja
solo contigo
con todos los fracasos
solo contigo,
con todo eso
que nunca serás
AD